
en que los árboles mecían mi pelo
Y rodeaba en mi cuerpo la pasión,
Las hojas bajaban por tu cuerpo
Y excitaba en mí el pudor
Los dioses del olimpo cantaban,
Esperaban el romance terminar
Afrodita y Eros volaban
Hasta llegar al dulce culminar.
Fui tuya una tarde otoñal
El cielo estrellado se hacía infinito
Y los astros iluminaban nuestra pasión
Esperabas mi dulce soñar
Y te calmaba el tibio acariciar
Más tarde dormía en tus brazos,
Me estremecía tu dulce palpitar
Me enlazaba en tu dulce regazo
Mientras te oía feliz suspirar.
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