
A mano alzada dibujo estas letras teñidas de dolor,
recordando aquellas épocas que fueron de fulgor,
rememorando aquellos tiempos de mi más pura niñez,
cuando jugaba con las muñecas y las tacitas de tés.
Llorando hoy escribo, es muy grande este dolor,
recuerdo aquellos brazos que me producían calor,
aquellos brazos de mi padre que me amparaba sin temor,
aquellos días que me decía que era su más pura ilusión.
Hoy lloro los besos de mi madre y sus palabras con tesón,
esas que parecía que me daban la pasión,
las que impulsaron mi talento y que hoy son mi dolor.
A mano alzaba escribo estas letras y no lo hago con amor,
llorando escribo un llanto que dibuja mi dolor,
el desamparo de mis padres sin mayor explicación,
esas palabras que me hirieron y que hoy son mi dolor.